ESTOCOLMO
Encerrada en aquella habitación miserable con sólo un rayo de luna penetrando por el diminuto tragaluz jugaba a acariciarse a sí misma con una pluma cada milímetro de su incandescente cuerpo desnudo. Hacía mucho que había perdido la noción del tiempo y lo único que deseaba era la llegada de su perverso y atractivo secuestrador.
por Ana Lía Rodríguez
ELOGIO DE LA CARNE
A él le volvía loco que le cabalgara como una amazona carnal, sus enormes pechos golpeándole la cara rítmicamente, aquellos muslos que le devoraban literalmente, sus orgasmos, que eran como si se le desbordara una presa encima. Ella odiaba su cuerpo, pero en esos instantes de abandono se sentía una diosa. Y era cuando se proponía con absoluta convicción que al lunes siguiente empezaría con el régimen.
por Fernando Mora
LA PARTIDA
“Sin usar las manos”, esa era la única regla...
Sus cuerpos desnudos juegan con ganas atrasadas a tentar a la suerte del deseo, y a golpe de sincronizada lascivia, comprenden que es momento para que las bocas tomen un protagonismo diferente a la palabra.
Se besan con desinhibición creciente, dejando que el calor les prenda vientres arriba, y aceptan que lamer, chupar, succionar, ensalivar y hasta acariciar con la lengua puede llevarles a la última casilla del tablero inexistente: el orgasmo.
Nadie pierde en este juego. Los dos ganan.
por Julia C.
SUEÑO
Descubrir mundos nuevos rozando los cuerpos deslizarnos unidos, desnudos, desiertos.
Bañados de arena, de luna de hielo, retozamos curiosos paseando los dedos, atrapando en ellos tesoros… jugosos, erectos.
Caminos de lenguas recorren los cuerpos, que escrutan lugares que ni tú ni yo sabemos.
Las lenguas se unen en cálidos besos, lujuria y deseo. Llévame a la cumbre, alcánzame en tu sueño.
por Mercedes Gil Abuelatecuenta
SILENTES
Esa vez tampoco hubo saludos.
Se dejó llevar como otras veces y una vez sentada, él de pie preparándose, comenzó a desabrocharse la camisa de seda lentamente.
Sus pechos aparecieron como lunas gigantes con un erecto pezón tembloroso que reclamaba unas manos.
Los tocó con suavidad, sin mirarla a los ojos. Hacía tanto tiempo que venía pensando en ese momento tan de ellos, que le resultaba doloroso controlar su deseo. Ella sintió cómo se le contraía el vientre en un espasmo de silentes mariposas y se mordió el labio de forma imperceptible.
Ya puede vestirse, que le den cita en el mostrador para el mes que viene. Fue lo único que acertó a decir.
por Clara Serrano López
RECUERDOS...
por Virginia Vallina
CAUSALIDADES PERFECTAS
Tropezón contra un muro vestido de persona. Todo por el suelo. Levanto la vista mientras relato entre dientes unos barbaridades apartando el pelo de la cara. Una mano me ayuda, fuerte, grande, poderosa. Se disculpa. Embriagador olor que se clava en mi pituitaria al incorporarme y estar a la altura de su pecho. No es guapo, ni escultural. Es sexy, de mirada penetrante y voz profunda. Un hormigueo en las piernas y un pensamiento oscuro en mis adentros que contente el.calor de mis muslos.
Se despide, lleva prisa. Una pena. Se escapó mi momento.
Día de mierda en la consulta. Primera cita. Esa casualidad causada que estremece mis sentidos. Ahora en la soledad de esta camilla, con el tumbado comienza mi momento.
por J.C. SANCHEZ
PARA COMÉRSELA
Tenía una mirada para comérsela; directa y transparente. Esos ojos felinos, misteriosos y brillantes variaban en función de la luz y de la posición. Cada ángulo de la habitación hacía que aumentara en distintas proporciones cada una de esas tres cualidades siendo todas igual de sensuales.
Se dilataron considerablemente sus pupilas y encontré el ángulo perfecto para observar su mirada descendiendo, poco a poco, con mi lengua por debajo de su ombligo.
por Ana Lía Rodríguez
FULGOR
Exhausto de los placeres de sus mieles va mi ser vagando por más menesteres, mis silencios son cómplices de tus fuegos ardientes, insaciables e incansables. Destinados al sexo de las mil noches, al fulgor del amor, ven ama mía, ven no tardes ni un día, esclavo soy de tu sexo y amo de tu corazón tan tierno. Toma este cuerpo desnúdalo con tus besos, penétralo con tus palabras y haznos estallar hasta el cantar de las mañanas.
por JESSE M HULK
ANTES DE QUE AMANEZCA
- Voy a escribir sobre tu cuerpo libre, inscribiré en tus retinas el deseo de la carne, versos de fuego e incisivos suspiros, penetraré todas tus fosas con la pluma empuñada con ferocidad, elevaré tu alma más allá del séptimo cielo y del noveno infierno, abriré todos tus chacras como flores de loto y haré que tu energía fluya hasta el fin de los tiempos, separaré los mares y en el vórtice hundiré mi texto, serás un folio pintado con la negra saliva de mis letras.
- Muy bien poeta, pero ¿Vamos a follar o no?
por Edgar K. Yera
MARTES...
Otro martes de un nuevo mes, cuando nos juntábamos para hablar de batallitas del pasado, de nuestro presente y nada de futuros, hasta que tus labios tomaron los mios, llenando de fuego el cuerpo, tras la sorpresa que supone entender el deseo de tu piel suave mientras deslizo la ropa por tu contorno perfecto, temblando... Ahora somos más que amigas...
por Elena García Domingo
SI ALGUIEN LE HUBIERA DICHO
El príncipe abrió su corpiño con mano firme cuando aún no estaba del todo despierta, cien años en cama deja k.o. al más pintao. Sus labios suscionaron ávidamente sus rosados pezones mientras que sus dedos empezaban a rebuscar bajo el faldón de su largo vestido. No supo nunca cómo sus lindas manos cruzadas de manera tétrica sobre su pecho se dirigieron voraces a la entrepierna del príncipe.
El "cooorten" la pillo desprevenida y la sacó del embrujo y fascinación de esa ensoñación. Aquel nuevo director de cine porno lograba como nadie que se metiera en el papel. Para que luego dijeran que las actrices porno fingían siempre....
por Clara Serrano López
EL CASTING
Le hacía el amor a golpe de intuición, moviéndose atento por el mapa de su placer, memorizando sus resortes más íntimos. Cualquier erizamiento de la piel era una pista, cualquier movimiento de sus caderas le guiaba, la “o” perfecta de su boca era un trofeo…
Ella, por su parte, le ponía a prueba. Se dejaba hacer tratando de parecer impasible, practicando un hieratismo morboso y difícil. No pedir nada, ocultar el placer si fuera posible, contener los jadeos dentro de su cuerpo en llamas.
Si aún así era capaz de complacerla, él sería el elegido y ella tendría nuevo amante.
por Julia C.
LOS DEBERES...
- Mamá, qué es un Macizo?
- Macizo... - Pensó - Hombre guapo, moreno, ojos penetrantes, manos grandes que rodean mi cuerpo y me hacen estremecer... y ...
- Y ¿Coordillera?
por Elena García Domingo
MORBOSOS
Esa niña traviesa desabrochó el botón de sus vaqueros. Él la arrinconó contra la pared y la besó apasionadamente.
Ella le regaló una sonrisa picarona y le tiró fuerte de los rizos.
Él la aupó, la levantó el vestido y la desgarró la ropa interior.
Ella me miró y se mordió sensualmente los labios.
Él se giró, la soltó dejándola caer en el suelo, me lanzó una zapatilla y corrió las cortinas mientras me gritaba "Mirón hijo de puta, te mataré".
por Ana Lía Rodríguez
DESPERTADOR
Seis de la mañana. Acaba de despertarse. Se despereza voluptuosamente. A su lado, apenas un gemido. Duerme profundamente. Se acerca y la huele. Su aroma a esas horas siempre le recuerda al del pan recién horneado. Su sexo empieza hincharse hasta hacerse doloroso. Mira el reloj. Diez minutos y arriba. Se arrima a ella por detrás. Ronronea como una gatita. La rodea con su brazo y empieza a acariciar sus senos. Le besa el cuello, las orejas, busca su boca. Aun tiene los ojos cerrados pero su respiración se hace más y más anhelante. Se deja hacer. El ya está desnudo. Retira con un dedo la fina tira del tanga de ella. Nota su excitación. Ella se tumba boca abajo y abre sus piernas levemente mientras eleva apenas sus nalgas.......
- Joder con los preliminares, se me han vuelto a pasar los diez minutos. Mañana tiro a puerta a la primera.
por Fernando Mora
EL CAMINO
Notaba las yemas de sus dedos recorriendo sus piernas, solo sentía ese pequeño contacto, no veía, no tocaba, solo sentía. Se detuvieron en sus caderas, haciendo círculos en ellas subieron hasta el ombligo, remontaron por sus costados hasta llegar a su cuello. Desaparecieron, y por un momento eterno no sintió nada. La espera la excitaba, quería más y cuando iba a pedirlo una gota cayó en sus labios, la lamió, era agua, el cubito de hielo siguió el mismo recorrido…
por María Campra Peláez
EL INTRUSO
No es que su amante fuera torpe, pero sí terriblemente previsible. En aquel asiento trasero de coche el ritual se ejecutaba con precisión milimétrica cada jueves. Al principio resultó estimulante, desvergonzado, peligroso, pero hasta allí había extendido sus tentáculos el aburrimiento.
En eso pensaba ella cuando unas luces pintaron de blanco la ceguera de sus párpados cerrados haciéndola recelar. Más atenta al otro vehículo que a las caricias de Jaime observó que volvía a hacerse la oscuridad, pero nadie bajó del vehículo.
Aquella presencia invisible detonó un último orgasmo con Jaime. Sin duda investigaría la matrícula del intruso ya memorizada...
por Julia C.
HOMBRES
Agoté el saldo de mi móvil en mandar mensajes a todos mis amigos: "Voy a triunfar con la Bellucci". Mónica Bellucci, la diosa. Punto. Cómo la conocí y, sobre todo, como llegué a su casa es algo que aun no puedo racionalizar. Pero allí estaba. Salió de baño con una bata que apenas podía contener sus maravillosos pechos de estatua romana. Se desprendió de ella diciendo en un susurro: "Fare l'amore, caro mio". Tuve que pensar en el teorema de Euclides para no acabar la fiesta en ese mismo momento. No tenía manos para tanto cuerpo. Esa boca, esa espalda. Fue el polvo del siglo. Al despedirnos me dijo:"Ciao, bambino" y volví a tener una erección de veinteañero.
por Fernando Mora
MUJERES
Sus dedos en mi boca, su lengua por mis pechos y yo cerrando los ojos concentrándome en el resto de mis sentidos. Le agarré fuerte de esas orejas, traviesas y de duende. Mike Rosenberg, el de Passenger, siempre ha tenido ese "no sé qué" que me excita demasiado. Su aliento sobre mi cuerpo, igual que la respiración en la canciones de My heart's on fire. Alcancé rápidamente el orgasmo y ahí estaba él, sonriendo como un idiota. Si mi marido supiera con quién me acuesto de verdad cuando cierro los ojos, no tendría tantas ganas de hacerme el amor jamás.
por Ana Lía Rodríguez
Y VICEVERSA...
Dijo, no sé que dijo exactamente, pero estaba tan buena
...
Eyaculé sobre el mando de la TV...
por anónimo (porque a Edgar K. Yera no le gusta que sepan que este microrrelato es suyo)
SEXO INTERRACIAL
Sexo interracial… ¿qué puedo decir? No hay nada como eso.
En mi familia no lo aceptan, ¡que sangre más fría! Pero mis sentimientos hacia ella no se evaporarán aunque ellos se opongan.
Lo nuestro es especial; con tal solo un pequeño meneo, me hace sentir como en un maremoto. Mis pupilas se dilatan cuando pienso en su cola traviesa, y entonces solo deseo refregarme en su cuerpo resbaloso.
Esta noche la sujetaré con mis tentáculos de su redonda cintura de cachalote y le expresaré mi amor en tinta.
por Federico Rivolta
COMPETENCIA DESLEAL
- No es por ti, cielo, es culpa mía. Tú te mereces algo mejor de lo que yo puedo ofrecerte en estos momentos. Ya sabes que te voy a querer siempre, has sido una parte muy importante de mi vida. Podemos ser amigos!
- Hay otro, no es cierto?
- Por favor, no me obligues a decir algo que te duela.
- Quiero la verdad! Qué tiene él que no tenga yo?
- Cinco modos de vibración, tacto seda, máxima adaptabilidad, nunca falla, nunca me pide nada que no me apetezca y nunca se cansa…
por Julia C.
PENSANDO EN VOZ ALTA
Ni la espuma de la cerveza ni el humo del tabaco han conseguido disipar tu recuerdo. Todavía estás aquí, acariciándome entre las sábanas. Jugando a encontrar mi boca y a que te muerda, me sigues provocando. Y yo, como un tonto, quise jugar a ese juego, placentero y a la vez prohibido, en la intimidad de mi cuarto. Entonces te acercas hacia mí sin vacilar, me muerdes la boca… pero tan solo estoy a solas con mi mente, pensando en voz alta.
por Sergio Martinez
por Julia C.
por Oscar Ryan
CUESTIÓN DE ACTITUD
Recorrer la senda del dolor para alcanzar el placer…
Ya
me deleito pensando en el tacto del látex cuando me toca con sus manos
heladas, en la máscara que cubre su cara adusta y concentrada en mí, en
todos esos juguetes que solo ella sabe manejar con precisión y destreza.
Me gustaría que dejara suelta su negra melena, pero no me corresponde opinar, no sería apropiado.
Expuesto,
sometido, indefenso, debo dejar que obre su magia de los sentidos en
mí. Siempre me dice que es por mi bien, y yo la creo.
¡El martes a las cinco dentista!
por Julia C.
MARÍA ARDÍA
María ardía de deseos
inconfesables, ni siquiera su marido que era el que había realizado la
proposición podía imaginar la humedad que le producía tan solo pensarlo.
Después de 15 años de casados, y de no tener ninguna relación con ningún otro hombre, para ella era una experiencia sugerente, emotiva, y cargada de morbosidad.
La sala era oscura, la gente sin embargo era radiante y pletórica, desconocidos en busca de proximidad carnal, huidores al mismo tiempo de relaciones personales.
Un local de intercambio de parejas, y allí estaban María y Antonio, mostrándose como presas para los experimentados lugareños.
Se acercó un joven de 25 años atraído por la sensualidad de María, una cuarentona aun de muy buen ver, con su sugerente vestido rojo ceñido que mostraba sus turgentes pechos, y sus deliciosos y morenos muslos.
Se sentó junto a ellos, y tras un breve y anónimo saludo beso a María, que sintió como de nuevo la humedad crecía empapando su ropa interior. Sus lenguas se juntaron al tiempo que noto como una mano subía por su pierna en busca de su sexo, ansiosa de caricias de un desconocido, palpitante por entregarse a este, pese a las 1000 ocasiones en las que se lo había negado a Antonio.
“la mujer del cesar no solo ha de ser honrada sino parecerlo”
Con su mano busco el pene del desconocido, lo acariciaba sintiendo un tamaño y grosor no reconocidos, lo que hacía que sus piernas temblaran y al mismo tiempo se abrieran para facilitar las caricias y permitieran a esos dedos anónimos entrar en su mojado y caliente sexo.
Su marido la miraba, no entendía como pese a su resistencia había cedido tan fácilmente a ofrecer su cuerpo a un extraño. Ofrecida y entregada loca de pasión le pidió que la follara, que le hiciese sentir mujer de una vez por todas.
Antonio comprendió el error de su proposición, nunca la había hecho sentirse mujer, tuvo que llegar un desconocido para que sus labios pronunciasen “Hazme tuya” en lugar de “Me duele la cabeza”
Después de 15 años de casados, y de no tener ninguna relación con ningún otro hombre, para ella era una experiencia sugerente, emotiva, y cargada de morbosidad.
La sala era oscura, la gente sin embargo era radiante y pletórica, desconocidos en busca de proximidad carnal, huidores al mismo tiempo de relaciones personales.
Un local de intercambio de parejas, y allí estaban María y Antonio, mostrándose como presas para los experimentados lugareños.
Se acercó un joven de 25 años atraído por la sensualidad de María, una cuarentona aun de muy buen ver, con su sugerente vestido rojo ceñido que mostraba sus turgentes pechos, y sus deliciosos y morenos muslos.
Se sentó junto a ellos, y tras un breve y anónimo saludo beso a María, que sintió como de nuevo la humedad crecía empapando su ropa interior. Sus lenguas se juntaron al tiempo que noto como una mano subía por su pierna en busca de su sexo, ansiosa de caricias de un desconocido, palpitante por entregarse a este, pese a las 1000 ocasiones en las que se lo había negado a Antonio.
“la mujer del cesar no solo ha de ser honrada sino parecerlo”
Con su mano busco el pene del desconocido, lo acariciaba sintiendo un tamaño y grosor no reconocidos, lo que hacía que sus piernas temblaran y al mismo tiempo se abrieran para facilitar las caricias y permitieran a esos dedos anónimos entrar en su mojado y caliente sexo.
Su marido la miraba, no entendía como pese a su resistencia había cedido tan fácilmente a ofrecer su cuerpo a un extraño. Ofrecida y entregada loca de pasión le pidió que la follara, que le hiciese sentir mujer de una vez por todas.
Antonio comprendió el error de su proposición, nunca la había hecho sentirse mujer, tuvo que llegar un desconocido para que sus labios pronunciasen “Hazme tuya” en lugar de “Me duele la cabeza”
por Oscar Ryan
LA PAJA
Suavemente la abrazo y siento su tersa y anaranjada piel. Presiono
fuerte para después mover mi muñeca rítmica y repetitivamente.
Hasta mi brazo se llega a cansar en el proceso y perla mi frente una gota de sudor. Continúo empecinado hasta extraer la última gota de ese delicioso elixir que ya imagino bebido por tus carnosos y rosados labios hasta el final. Imagino tu rostro perfecto adornado por un gesto de placer y tus ojos preciosos dedicándome una amable mirada agradecida. Y así, imaginándote, termino. Lo vuelco en un vaso y le pongo la pajita.
Tú, el zumo de naranja, siempre con paja. ¿Verdad?
Hasta mi brazo se llega a cansar en el proceso y perla mi frente una gota de sudor. Continúo empecinado hasta extraer la última gota de ese delicioso elixir que ya imagino bebido por tus carnosos y rosados labios hasta el final. Imagino tu rostro perfecto adornado por un gesto de placer y tus ojos preciosos dedicándome una amable mirada agradecida. Y así, imaginándote, termino. Lo vuelco en un vaso y le pongo la pajita.
Tú, el zumo de naranja, siempre con paja. ¿Verdad?
Enhorabuena a tod@s los participantes, ha quedado una "bacanal" estupenda!! :)
ResponderBorrarPor cierto, lo del anónimo genial. Ahora ya sabemos en quién confiar a la hora de contar secretillos jajajajjaa.
Un abrazo colectivo :))
Muchas gracias por este precioso mosaico de relatos, sois geniales ;)
ResponderBorrarjajjajajjajajja...
ResponderBorrarAnónimo
¡Una Extraordinaria Bacanal, Compañer@s!
Tengo que reconocer que es mi primera Bacanal amigos y amigas y, como dice el chiste: la organización perfecta ;)) y Extraordinaria por supuesto.
ResponderBorrarTengo que reconocer que es mi primera Bacanal amigos y amigas y, como dice el chiste: la organización perfecta ;)) y Extraordinaria por supuesto.
ResponderBorrarMuchas gracias de verdad a todos.
ResponderBorrarUn saludo
Muchas gracias. Ha quedado estupendo. Un aplauso para todos.
ResponderBorrar¡¡¡¡¡Sois increíbles!!!!. Hay alguna con el que me he tronchado, pero están bastante bien todos. Un saludo a todos!!
ResponderBorrarCon la pinta no haber roto un plato que teníais cuando os conocí !!! Vaya panda de... maravillosos creativos, algo guarretes sí, pero geniales!!! Gracias por este agradable y caliente regalo!!!
ResponderBorrarCreo que no soy la única que no tiene ya platos en casa!!!!! jaja
BorrarJajaja creo que ya lo habéis escrito todo. Atrevidos y geniales. Vosotr@s si que valéis.
ResponderBorrarExcelente!!! Los felicito! Son extraordinarios.
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